viernes, 5 de junio de 2020

La Historia de Mark: Angélica.



El tráfico pesado en la circunvalar no era impedimento para las maniobras que en moto hacía Daniel, su inseparable amigo de pesca, justamente regresaban de una gran faena en la desembocadura del río. La habilidad de este, era tal que en cuestión de minutos llegaron al barrio, sin embargo Mark no haría parada en su casa, sino en el mini market que estaba a dos calles de su casa. Recordaba que debía llevar algo para la cena de su mamá y hermanos.

Dicho lugar no tenía mucho tiempo de estar en el barrio, pero ofrecía productos a buen precio, muchos de estos productos eran de su gusto, lo cual hacía que este lo frecuentara mucho.

Para esa ocasión Mark entró al almacén con los insumos de pesca, a lo que fue abordado por uno de los cajeros que allí se encontraba. Ya estaba acostumbrado a esas cosas, porque cada vez que salía con su caña y caja de señuelos era abordado por las personas en la calle y siempre hacían las mismas preguntas. Mark siempre respondía con serenidad, siendo lo más breve posible.

-¿Qué pescaste? ¿Una sirena?-
-Jaja no, pero cuando la pesque te muestro una foto-
-Jajaja A lo serio ¿Qué pescaste?-
-Dos róbalos y un pargo-
-Te fue bien-
-Bastante, diría yo-
-Eso de la pesca es bacano, bueno, tú tienes el tiempo y la libertad para ello-
-Es cierto, no todos gozamos de esa ventaja-

Justo en ese momento se acercó Angélica (una de las cajeras de ese lugar) y en una fracción de segundos sus recuerdos se conectaron cuando sus miradas se juntaron.

...

Era la primera vez que llegaba al MiniMarket cuando la vio por primera vez, aunque le pareció bonita fue prudente y no mostró ninguna señal de coqueteo (prefería evitarlo para no decepcionarse). Solo hubo un cruce de miradas y algunas palabras pero no significó gran cosa para ambos. Con el pasar de los días se fue rompiendo el hielo y ella le preguntaba algunas cosas de rutina, Mark la analizaba e intentaba percatarse si valía la pena arriesgarse o no, porque poco a poco le fue pareciendo una buena opción para darse una nueva oportunidad. Sin embargo, a pesar de la química y la buena relación, las cosas no salieron como se esperaban, su última conversación marcó un antes y un después.

-Voy a salir con mi novio. Cierto, no te había dicho que tenía novio-
-No me lo habías dicho, pero descuida, solo quería invitarte a salir y conocerte mejor. Mi intención no es incomodarte-

Después de esas palabras, Mark se retiró del lugar sin decir más nada, con un trago amargo recorriendo su garganta, pero consciente y tranquilo de saber que se aventó a una nueva oportunidad y aunque las cosas no salieron como él esperaba, sabía que los retos que venían de allí en adelante serían cada vez mejores.


...

Sus miradas se cruzaron, situación que fue notada por el compañero de Angélica quien ya tenía en conocimiento la situación que entre ellos se presentaba. A modo de secreteo, el cajero se acercó al oído de Mark y le preguntó 

-¿Por qué tanta indiferencia entre ustedes?-
-Hay que tener dignidad- respondió un Mark sonriente
-En eso tienes toda la razón- dijo el cajero, aprobando el comentario con su ojos

Mark la miró con total indiferencia, como si nada hubiese pasado, sonriente por la buena pesca que llevaba para la casa. Angélica bajó su mirada, no se atrevió a decirle ni una sola palabra, Mark mostró nuevamente su indiferencia característica, tampoco dirigió palabra a ella, solamente se limitó a comprar y salir de ese lugar sin contratiempos. 

-No he ganado nada, pero no he perdido el tiempo-

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