A orillas del lago de los cisnes se encontraba Mark, pensativo de aquellas palabras que semanas atrás le había dicho a su jefa, desde aquel día se esquivaban mutuamente, ambos sabían el riesgo que implicaba dicha confesión, pero ni Mark ni su jefa querían seguir afectando el clima laboral y manejaban dicha situación de una forma muy madura, manejando un perfil bajo. Él seguía confundido, entre el miedo a enamorarse y disimular sus emociones cuando estaba cerca de ella. Lo que sí tenía claro era que ya estaba cansado de ciertas situaciones repetitivas en su vida.
Sí, estoy solo pero no es porque quiero, como muchos dicen, estoy solo porque...
Porque estoy cansado de siempre ser yo el que se enamora solo, el que se ilusiona, el que demuestra sus sentimientos sin ser correspondidos, estoy cansado de lanzarme al vacío y no encontrarle fondo a dicha situación. Estoy cansado de confundir amabilidad con coqueteo. Me cansé de ser siempre yo el que mucho da y poco recibe. No tengo miedo de enamorarme, es que estoy cansado de ser siempre el que tiene la culpa de mis propios fracasos amorosos. Con lo difícil que me resulta fijarme en alguien, para terminarme fijando en lo que está prohibido, lo que no se puede desear. El amor en mi vida es un área que prefiero evitar, no le cierro las puestas, pero tampoco es una prioridad.
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