miércoles, 14 de diciembre de 2016

La historia de Mark


El reloj marcaba las 4 de la tarde, la corriente en el río Magdalena se movía al ritmo de las brisas del mes de Enero. Habían estado pescando desde la mañana; Una actividad de Mark disfrutaba al máximo, era su hobby favorito. También alimentaron a los perros del mismo monte y habiendo preparado una fogata se dispusieron a cocinar el pescado producto de la pesca. Karín, su hermano siempre había soñado con ir a pescar al lado de su hermano 10 años mayor, hacía tiempo no pasaba un rato con él, los compromisos de Mark se hacían mayores y su trabajo a duras penas le daba tiempo para descansar, sin embargo siempre sacaba un espacio para él mismo.

-¿Sabes algo Mark?-
-Dime-
-Hace tiempo que no hablamos de nuestras vidas, te la pasas en ese empleo que tienes y te ha ido excelente, yo me alegro mucho por ti y por tu éxito. Extraño aquellas épocas en donde pasabas mucho tiempo con nosotros (su mamá y su otro hermano) pero ya que estoy grandecito entiendo que tú más que nadie necesita su espacio y vaya que has conseguido ese lugar en tu vida pero ¿Y tu pareja para cuándo?-
-¿Qué tienes para contarme hermano?-
-Más que contarte, tengo algo que preguntarte-
-Espero que no sea sobre lo que estoy pensando-
-¿Por qué lo dices?-
-Porque sabes que es un tema que no me gusta tocar-
-Mark, tú sabes lo mucho que me preocupo por ti, se que has pasado por momentos duros y que te han hecho madurar en la persona que eres hoy, eres un tipo exitoso, a todo mundo le caes en gracia, yo quisiera tener un poquito de tu personalidad al menos. Eres una persona muy inteligente y sabes crear soluciones a situaciones complicadas, puedes sobrevivir en el mundo solo o en compañía. Pero creo que ya has estado mucho tiempo solo...
-No vengas otra vez con lo mismo, sabes que no quiero tocar ese tema-
-Mark, entiendo que te de muy duro hablar de esto, para ti no ha sido fácil afrontar el tema de las mujeres, aún habiendo tenido tantas parejas mientras fuiste adolescente-
-Eso es cosa del pasado, hasta cierta edad manejé ese tema pero luego me dediqué tiempo a mí mismo y a realizar mis proyectos de vida-
-¿Y qué esperas para conseguir una persona con quien compartir momentos? Mark, tienes 30 años y estoy seguro que llevas mucho tiempo que no compartes con una mujer, alguien que te respete como ser humano, que te entienda, que esté contigo en las buenas y las malas-
-Ese es el problema, hay muchas interesadas...-
-¡No hablemos de ellas! tú necesitas de una mujer en tu vida, estás en la mejor edad para conseguirla, no debes desesperarte pero tampoco asumas esa actitud de indiferente porque se que en lo más profundo de ti, tú deseas encontrar a alguien, piénsalo: tienes 30 años y llevas mucho tiempo solo, la soledad prolongada no es muy buena que digamos-

La sinceridad en las palabras de su hermano hicieron que cayera en una profunda reflexión que se prolongó durante varios días. Mirando fijamente al techo de su cuarto, el reloj las 12:00AM, Mark lo ve fijamente mientras su mente proyecta los recuerdos de un pasado amoroso frustrante, está sentado en el sofá. Se levanta bruscamente y se dirige a su bar favorito.

Mark llega al bar, se acomoda en su sitio favorito, se toma su cerveza y mira a su alrededor con desinterés, mientras en el fondo suena la canción LOVE IS ALL YOU NEED (de 220Volt). Saca un cigarrillo y lo enciende. Una hermosa joven, de unos 25 años, lo mira desde muy lejos mientras se termina de beber una copa de margarita. Mark ni siquiera se daba cuenta de ello, la mujer lo mira con mucha curiosidad, pero le decepciona el hecho de que él no se dé cuenta que lo está mirando. Ella, caminando hacia él se acerca y lo mira a los ojos, Mark la ve fijamente.


-¿Nos conocemos?-
-Tal vez- le contesta.
-¿Desde cuándo nos conocemos?-
-Así no se trata a una mujer.-
-Lo siento…-
-¿Cómo te llamas?-
-Mark.-
-Qué nombre tan extraño.-
-Muy común en América anglosajona.-
-Por la forma en la que me tratas pareciera que nunca hubieras tratado con mujeres.-
-Sí lo he hecho…-
-Y se decepcionan de ti enseguida.-
-Lo dices con tanta seguridad que pareciera que fuese cierto.-
-Pues te portas como todo un patán.-
-Lo siento, es que ando algo…-
-Algo qué.-
-Algo pensativo últimamente.-
-Cuéntame, quiero escucharte.-

Mark la mira sorprendido, la mujer se acerca mucho más a él.

-Hace días mí hermano menor me dijo algo muy cierto.-
-¿Qué te dijo?-
-Me dijo que… ¡un momento! No sé lo que estoy diciendo.-

Mark se levanta de la mesa y sale del BAR, la mujer va tras él.

-Oye, espera un momento ¿qué te pasa?-
-No puedo contarte esto, en serio.-
-Si no quieres contármelo no lo hagas.-
-¿Sabes algo? Eres muy insistente-

Al mirar hacia el cielo y ver la luna llena, mira fijamente a Mark, se le acerca y le dice:

-Mark, me llamo Kaori y quiero conocerte bien, se te nota que eres una persona muy interesante, desde muy lejos me di cuenta.-
-Apenas me viste hoy.-
-Yo no necesito de tiempo para conocer bien a alguien, eres una persona muy interesante, tienes mucho para dar, solo que tienes una coraza encima, algo que no deja conocerte bien.-
-Caminemos un poco.-
-Me parece bien.-

Mientras van caminando sostienen una agradable conversación, Mark a pesar de su frialdad tenía capacidad para hacer sentir cómoda a cualquier mujer, incluso conversando solamente.  Kaori se sonríe, el brillo de sus ojos da a entender su gran interés por conocer más de Mark, mientras tanto él no para de fumar, su mano sigue empuñando una lata de cerveza, es por la ansiedad.

El reloj marca las 3:00AM, Mark lleva a Kaori hasta la puerta de su casa, se fuman sus últimos cigarrillos antes de despedirse.

-Mark, me he divertido mucho esta noche contigo, hacía mucho que no salía a caminar con alguien hasta tarde.-
-Espero que nos volvamos a ver.-
-¡Claro que nos volveremos a ver! Me regalas un número en donde te pueda llamar, para que en otro día libre podamos encontrarnos y salir nuevamente.-
-Está bien.-

Kaori anota el número de celular de Mark y se despide de él dándole un beso en la mejilla (por poco se lo da en la boca).

Es de madrugada, Mark regresa a su casa, se sienta en el sofá, enciende un cigarrillo y recuesta la cabeza en el espaldar del mueble mientras sus labios pronuncian el nombre de KAORI.

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