lunes, 12 de mayo de 2014

Una autoentrevista: La pregunta del día


La pregunta del día:

¿Por qué soy hombre de pocas amigas?

Soy consciente que no soy el único al que le sucede algo como esto, pero ¿Cuántos se han sentido identificados con este título?

Retomando el tema... La cuestión no está ligada a una orientación sexual "diferente" al modo tradicional, en otras palabras, no es porque sea uno gay ni mucho menos, la cuestión está en el hecho que somos personas solitarias, acostumbrados a la soledad y siempre fieles a nuestros principios; en este punto recalco que los principios van ligados a esas costumbres que adquirimos a lo largo de nuestras vidas, crecemos con ello, son cosas que nos autoinculcamos.

He de ser un caballero, de buenas costumbres, una persona equilibrada en muchos aspectos de la vida, sin embargo no me gusta alardear de lo que soy, solo demuestro las cosas con hechos.

Entonces, me hago la pregunta ¿Por qué digo "no" al hacer amigas? 

La respuesta es sencilla, al ser considerado "el mejor amigo" a lo largo de la secundaria en muchas ocasiones oculté esos verdaderos sentimientos hacia esas personas por quienes tanto me desvivía, todo por un principio fundamental en la vida humana: el miedo al rechazo. Sencillamente, me cansé de ser el mejor amigo, de demostrar cosas bonitas solo a personas con quienes me cohíbo de ser yo mismo, de vivir sin límites; y es que lo reconozco, soy una persona sin límites, al final nadie puede juzgar por la pajilla del ojo ajeno, cuando en el propio se tiene clavada una estaca.

No soy hombre de amigas, pero aquellas a quienes logro considerar son personas las cuales en ningún momento me sentiría atraído hacia ellas, eso responde el por qué a veces prefiero tener una amiga lesbiana. Pero las pocas personas a quienes tengo de amigas, nos la llevamos mucho mejor que cualquier círculo social.

Y es que para mí "tener una amiga es como tener una gallina, tarde o temprano querrás comértela"

Al final, la gente vive con el miedo a la soledad y es por ello que algunos ya hemos perdido ese miedo que preferimos la soledad completa y no una amistad efímera, como lo es la vida: efímera.

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